Antes de poner a la venta tu piso, no te olvides de obtener el certificado energético

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Hace poco heredé un piso de unas tías en Barcelona, pero como yo no vivo ni siquiera cerca, lo primero que pensé fue que debía venderlo para que no me ocasionase más gastos. Ponerlo en alquiler no tenía mucho sentido, ya que mi trabajo está en Madrid, y cada vez que hubiese alguna incidencia me saldría carísimo desplazarme hasta allí, incluso simplemente para acudir a las reuniones de vecinos. Fue así cómo comencé a entrar en las páginas web de venta de inmuebles para subir unas fotos y una descripción del mío y encontrar compradores interesados que se me sacasen el problema de encima. Lo que no sabía, y me enteré gracias a un chico que visitó el inmueble y me preguntó por esto, es que necesita un certificado energético del mismo, que al final lo solicité a la empresa Certificados Energéticos de Barcelona, de la que el propio muchacho me habló durante su visita porque al parecer él como inquilino lo había tenido que solicitar para poder arrendar un piso a unas personas mayores que no se apañaban con estos trámites.

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En el real decreto 235/2013 se establece la obligación a partir del 1 de junio de 2013 de poner a disposición de los compradores o arrendatarios de los inmuebles el certificado de eficiencia energética del mismo. La obligación de obtenerlo es por parte del propietario o promotor del inmueble que se pongan en venta o alquiler y que no disponga ya de su certificado energético en vigor. Él es el responsable de obtener el certificado de eficiencia energética. Este debe adjuntarse a toda oferta, promoción y publicidad dirigida a la venta o al arrendamiento de un inmueble.

Pero ¿qué es el certificado energético del piso? Pues se trata del documento resultante del proceso de certificación energética de un inmueble. Recoge información sobre elementos constructivos del inmueble y sus instalaciones, obteniendo así valores sobre demanda y consumo energético de una casa. Con estos valores otorga al inmueble una calificación energética en función de las emisiones de dióxido de carbono y el consumo de energía. Una vez realizada la inspección del inmueble, y acabado el certificado energético, se emite la etiqueta energética, que es el distintivo que recoge la calificación obtenida en el certificado energético. Este señala el nivel de calificación de eficiencia energética obtenida por el edificio o unidad del edificio con un código de color que clasifica los inmuebles según una escala energética que va desde la letra A (inmueble más eficiente) a la G (inmueble menos eficiente).

En definitiva, se trata de un documento por el que debemos pagar y sin el que no estaremos en disposición de vender el inmueble.

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