Hace poco heredé un piso de unas tías en Barcelona, pero como yo no vivo ni siquiera cerca, lo primero que pensé fue que debía venderlo para que no me ocasionase más gastos. Ponerlo en alquiler no tenía mucho sentido, ya que mi trabajo está en Madrid, y cada vez que hubiese alguna incidencia me saldría carísimo desplazarme hasta allí, incluso simplemente para acudir a las reuniones de vecinos. Fue así cómo comencé a entrar en las páginas web de venta de inmuebles para subir unas fotos y una descripción del mío y encontrar compradores interesados que se me sacasen el problema de encima. Lo que no sabía, y me enteré gracias a un chico que visitó el inmueble y