El supermercado online

supermercado online

La irrupción de internet ha sido un boom a la hora de permitir el acceso a determinadas áreas a las que antes era más complicado acceder. O a la compra de determinados productos que, cuando no existía, también era muy difícil llegar. El que podríamos denominar como “mercado del sexo”, en la mejor acepción posible, también ha experimentado un sonoro cambio a la hora de la adquisición, publicidad y visibilización de determinados tipos de productos. En este sentido, aquellas empresas comerciales que han sabido incorporarse con éxito a la red de redes son las que mejor han asimilado el cambio y las que han conseguido reconocimiento. Es el caso de Comercial APRA, una tienda que ha sabido extender sus fronteras desde el mundo real al mundo virtual, para comercializar productos de higiene personal e íntima, así como material erótico y sexual que ha traspasado la frontera de la calle a la red.

Su catálogo es una muestra de las necesidades de sus clientes. Como ellos mismos indican, la mezcla y variedad que se destila del mismo no es otra cosa que el resultado de las necesidades de los clientes, trasladadas con el paso de los años a sus instancias. Su experiencia en el comercio físico, con varias tiendas y almacenes en la Comunidad de Madrid, avalan su paso al comercio online. Precisamente, esa es la vocación de esta firma al convertir o trasladar parte de su negocio a la red: ofrecer un servicio alternativo para que los clientes nuevos puedan conocer la gama de productos que se vende en las tiendas físicas, pero también para que puedan efectuar sus compras desde el portal web. Eso es lo que indica su declaración de intenciones, así como la intención de ofrecer un trato de calidad y el servicio que ha caracterizado a la entidad durante todos estos años de comercio físico en Madrid.

Me permito introducir este párrafo dedicado íntegramente a la labor y las intenciones de la empresa citada en el primer párrafo, precisamente porque podrían ser el resumen de cómo actuar en internet. Un protocolo de actuación web de empresas de comercio debería indicar, exactamente, cada uno de esos puntos. La diversificación de mercado siempre tiene que ser una opción para progresar, pero no se pueden abandonar para ello el trato personalizado, la calidad en el servicio, ni mucho menos el producto y su garantía. Eso es el comercio, eso es una buena gestión de marca en la red. Así mismo, la posibilidad de que, cuando surjan problemas derivados del comportamiento web, completamente distinto en algunos casos al comercio físico en tienda, saber hacer frente a ellos con una actitud conciliadora y eficaz, con la que el cliente no solo resuelva su problema, sino que además quede satisfecho con la actuación de la empresa en las redes y pueda convertirse en prescriptor.

Internet es el sitio perfecto para ello; un lugar idóneo para ganar prescriptores de nuestros servicios. Nunca antes había existido un foro de opinión similar a lo que suponen redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram (conocida por algunos como “la red en la que todo el mundo es feliz”); si una empresa consigue aparecer allí y ganarse un comentario positivo, es señal de que algo está haciendo bien. No hay duda.

El mercado online es completamente novedoso y radicalmente distinto de todo lo que habíamos experimentado con anterioridad. En lo referente a las compras y ventas hay que comprender que es como un centro comercial. No hay que asustarse, solo hay que permanecer tranquilos y establecer un protocolo rápido de actuación. Y, en el caso de las empresas, tiendas y comercios, es importante saber que, en el fondo, y a pesar de los muchos cambios, el comportamiento del cliente va a ser similar al que tendría si estuviese comprando en una gran superficie. Quizás lo mejor sea pensar, precisamente, en internet como un gran mall en el que un cliente puede necesitar comprar tanto un pantalón, como unos limpiaparabrisas para el coche, como sábanas desechables y ajustables. El secreto está, precisamente, en  ser capaces de ofrecer todos y cada uno de los productos que sean capaces de cubrir sus necesidades. Eso es comercio, ni más ni menos.

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