La informática es una tecnología que no deja de sorprendernos. En este artículo te vamos a comentar una aplicación curiosa. La posibilidad de crear una estación meteorológica casera usando como procesador un microordenador básico llamado Raspberry Pi.
El tiempo es un asunto que nos interesa a todos. Especialmente si trabajamos en la calle. Nos gusta saber si mañana va a llover o si van a subir las temperaturas. Si planificamos una escapada para un fin de semana, tenemos en cuenta la meteorología prevista para esos días.
La información meteorológica es una de las noticias que más solemos seguir. Además de ver los avances que presentan los telediarios, quien más y quien menos consulta desde su móvil alguna página oficial, como la de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) o tiene una aplicación que le va dejando notificaciones sobre las previsiones del tiempo.
Imagínate que en lugar de tener que buscar esa información, pudieras recogerla en tu casa en tiempo real. Conformando una estación meteorológica casera. Ahora, gracias a la informática es posible. Es más sencillo de lo que te imaginas. Solo necesitas un ordenador del tamaño de una tarjeta de crédito, el Raspberry Pi, algunos sensores compatibles y configurar este sencillo equipo con algunos comandos de código. Te explicamos cómo.
Ventajas de tener una estación meteorológica casera.
Antes de entrar a ver cómo lo hacemos, profundicemos en la idea. ¿Por qué te conviene tener una estación meteorológica en casa? ¿Qué ganas con ello? Estas son algunas ventajas interesantes:
- Datos en tiempo real. Puedes medir la temperatura, humedad, presión y velocidad del viento directamente en tu casa, sin depender de las estaciones oficiales, que a veces están lejos, y te dan una información aproximada.
- Información local. Los datos que recibes de tu estación meteorológica casera hacen referencia a tu ubicación concreta.
- Registro y análisis a largo plazo. Puedes almacenar los datos de temperatura, humedad, presión, lluvia y velocidad del viento en una memoria digital y analizar las tendencias estacionales o comparar distintos registros por día, semanas, meses, años, etc.
- Automatización inteligente en el hogar. Si conectas la estación meteorológica a otros dispositivos de domótica (como control digital de aire acondicionad, de la calefacción o de un sistema de riego automático para las plantas o el jardín) puedes hacer que la maquinaria se active automáticamente según las condiciones climáticas.
- Acceso remoto. Configurando un servidor web en la Raspberry Pi, podrás consultar tu estación desde cualquier lugar desde el ordenador o el teléfono móvil.
- Aprender meteorología. Como vas a convertirte en un recogedor de datos, podrás hacer informes y estudiarlos, evaluando la evolución climatológica de tu ciudad y aventurándote a hacer previsiones, basándote en las tendencias y en el comportamiento previsible de los datos recogidos.
- Compartir información por internet. La información que recojas con tu estación casera, la puedes compartir por internet, en redes sociales o foros, lo que puede ser interesante para otras personas.
- Bajo coste. Construir una estación meteorológica con este sistema te resulta más económico que comprar equipos profesionales. Todo eso sin olvidar que la estación con Raspberry Pi la puedes personalizar a tu gusto. Recogiendo solo aquellos valores que realmente te interesan.
- Aprendizaje en electrónica y programación. Cómo la estación la vas a montar tú, a partir de un Raspberry Pi, aprenderás como funciona un ordenador y cómo programarlo.
El Raspberry Pi.
Estamos diciendo todo el rato que la base de este proyecto está en el ordenador Raspberry Pi. Pero, ¿qué es este ordenador?
El Raspberry Pi nació en 2012 en el Reino Unido como un proyecto educativo impulsado por la Fundación Raspberry Pi. Su objetivo inicial era acercar la informática y la programación a niños y jóvenes de cualquier parte del mundo, ofreciendo un ordenador sencillo, económico y accesible. Lo que comenzó como una herramienta pedagógica, se transformó en un fenómeno global, utilizado no solo en colegios, sino también por aficionados a la tecnología y profesionales de distintos ámbitos.
En esencia, este dispositivo es un microordenador del tamaño de una tarjeta de crédito. Se trata de una placa base equipada con los componentes básicos de cualquier equipo informático: un procesador, una memoria RAM, un puerto HDMI para conectarse a pantallas externas y una ranura para tarjetas micro SD, que actúan como unidad de almacenamiento y sistema operativo. Gracias a su reducido tamaño y a su diseño minimalista, se ha convertido en una solución para múltiples usos, desde proyectos educativos hasta aplicaciones industriales y de domótica.
El Raspberry Pi también incluye una serie de pines de contacto, conocidos como G.P.I.O., que permiten conectar sensores, motores y periféricos externos. Esta característica lo hace altamente personalizable y abre la puerta a proyectos creativos. Su diseño está pensado para ser flexible: el usuario recibe la placa tal cual, sin carcasa ni adornos, lo que facilita la integración en proyectos a medida.
Aunque requiere unos conocimientos básicos de hardware y programación, su simplicidad hace que sea relativamente fácil de aprender a manejar. De hecho, ha logrado que miles de personas se inicien en la informática de una manera práctica y divertida. Su bajo coste ha sido un factor determinante en su popularidad: incluso los modelos más avanzados mantienen un precio asequible, que rara vez supera los 75 dólares.
Con el tiempo, han surgido diferentes versiones del Raspberry Pi, cada una más potente que la anterior, pero todas manteniendo la filosofía original de democratizar la tecnología. Hoy en día, este microordenador no solo cumple un papel educativo, sino que se ha convertido en una herramienta clave para desarrolladores y entusiastas de la tecnología.
Por otro lado, aunque hay una comunidad extensa y bastante activa, suele ser complicado hacerse con Raspberry Pi básicos y complementos para ir personalizándolos. Para adquirirlos yo recomiendo acudir a tiendas especializadas, como Tiendatec, una tienda online oficial de Raspberry Pi, donde encuentras todo tipo de componentes y accesorios para conectar a la placa base. Desde cámaras hasta sensores de temperatura y humedad que pueden serte útiles para montar la estación meteorológica.
¿Cómo montar la estación meteorológica?
La Universidad Politécnica de Madrid te explica en un PDF descargable cómo montar la estación meteorológica. No nos vamos a centrarnos en este artículo en detallarlo. Lo que sí debes partir es que necesitas un Raspberry Pi básico, unos sensores adecuados y programar el equipo con unas líneas de código.
En uno de los laterales del Raspberry Pi tienes 40 pines que es donde vamos a conectar los sensores. Estos pines son como pinchos; es decir, son puntos de conexión macho. Si los sensores que vamos a instalar también tienen un puerto macho, necesitaremos unos cables de conexión hembra para adaptarlos.
Hay unas pequeñas placas que son un sensor ambiental modelo BME que recogen la temperatura y la humedad ambiental del lugar donde se encuentra el Raspberry Pi. El manual de la Universidad Politécnica de Madrid nos propone sustituirlas o complementarlas por sensores DHT-22, que tienen un mayor alcance; y con placas de un sensor de presión atmosférica. Debemos añadir también un sensor pluviómetro, que mida las precipitaciones, y unos sensores manómetro y veleta, que registrarán la velocidad y la dirección del viento.
Cada uno de los sensores se debe activar y ajustar por separado. El Raspberry Pi utiliza el lenguaje de programación Python, el cual suele venir preinstalado en el sistema operativo de la mayoría de las placas base.
Para activar estos componentes suele ser suficiente con una línea de código, la cual puede ser que te la facilite el distribuidor. A partir de que la escribas, el terminal va a comenzar a registrar datos.
Estos datos se pueden pausar, para no recogerlos de manera permanente, y ordenarlos en una hoja de cálculo o en una plantilla, para visualizarlos con más facilidad.
Otras aplicaciones caseras de Raspberry Pi.
Desde luego, con el Raspberry Pi podemos poner en marcha otros proyectos o caseros. La página web sobre informática Hard Zone nos presenta varios fáciles de ejecutar.
Una de estas aplicaciones que se utiliza con frecuencia es la de convertir el Raspberry Pi en un decodificador para televisión. Con un complemento Kody y un cable USB podemos transformar nuestra televisión en una smart TV desde la que podemos visualizar contenido en streaming, tanto de plataformas libres como YouTube, como de pago como Netflix o Amazon Prime.
Muchos aficionados a los juegos arcade transforman su Raspberry Pi en una consola retro desde la que pueden jugar a videojuegos clásicos de la época del MS-2 o del Commodore. Este es un nicho bastante popular, donde tienes una gran cantidad de complementos que van desde microplacas hasta Joysticks, con una configuración sencilla.
Por último, otra de las aplicaciones frecuentes del Raspberry Pi en el ámbito doméstico es la de crear un sistema de riego automático para nuestras plantas. Con un sensor de humedad y conectando el microordenador a una sencilla bomba de riego, podemos regar las macetas siempre que lo necesiten, sin que tengamos que estar pendientes de ellas.
El Raspberry Pi tiene muchas posibilidades. Y lo mejor de todo es que es económico, y con un poco de práctica, fácil de programar.