La innovación está al servicio de las cerveceras para que puedan ofrecer un mejor producto

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La elaboración de cerveza ha sido una tradición milenaria que, con el paso del tiempo, ha sabido evolucionar gracias al avance de la tecnología. En la actualidad, la maquinaria utilizada en la producción cervecera vive una auténtica revolución, impulsada tanto por la creciente demanda del mercado artesanal como por las exigencias de las grandes industrias. Las últimas innovaciones no solo buscan mejorar la eficiencia y la calidad del producto final, sino también optimizar recursos, reducir el impacto ambiental y facilitar el control del proceso a través de sistemas inteligentes.

Una de las transformaciones más destacadas se encuentra en la automatización del proceso. Las cerveceras modernas están adoptando sistemas completamente automatizados que permiten supervisar y controlar cada etapa de la producción desde una única interfaz digital. Gracias a sensores de última generación, conectados a plataformas de software, es posible monitorear variables como temperatura, presión, densidad o niveles de pH en tiempo real. Esto no solo mejora la consistencia del producto, sino que también reduce la necesidad de intervención manual y minimiza errores. Esta tecnología resulta especialmente útil en microcervecerías que, sin tener grandes equipos humanos, pueden garantizar una producción precisa y estandarizada.

Otra innovación clave es la microfiltración y el tratamiento avanzado del agua. Dado que el agua constituye más del 90% de una cerveza, su pureza y composición son determinantes para el sabor. Los equipos actuales permiten un tratamiento del agua muy específico, ajustando los minerales y características según el estilo de cerveza deseado. Además, los nuevos sistemas de filtración por membranas mejoran la claridad del producto sin recurrir a métodos invasivos o químicos, preservando así mejor los aromas y sabores naturales.

La fermentación, etapa crítica del proceso cervecero, también ha experimentado mejoras sustanciales. En este sentido, desde Boada Tecnología nos explican que actualmente se han desarrollado nuevos tanques de fermentación, diseñados con materiales más resistentes y superficies más limpias, que permiten una mejor gestión del frío y una fermentación más estable. Además, muchos de estos fermentadores incorporan válvulas inteligentes que regulan automáticamente la liberación de CO₂, evitando sobrepresiones y mejorando la seguridad del entorno de trabajo. Algunas unidades incluso cuentan con sistemas de autolimpieza y sanitización que ahorran tiempo y recursos, algo especialmente valorado en instalaciones donde se producen varios lotes por semana.

En el ámbito del empaquetado y embotellado, la tecnología también ha dado pasos importantes. Las máquinas más recientes integran sistemas de llenado al vacío que minimizan la oxidación, uno de los principales enemigos de la calidad de la cerveza embotellada. Además, los equipos modernos pueden adaptarse rápidamente a distintos tipos de envases, desde botellas hasta latas o barriles, lo que da mayor flexibilidad a las cerveceras para adaptarse a los gustos del mercado. Incluso existen impresoras industriales que permiten personalizar etiquetas al instante, lo que es especialmente atractivo para ediciones limitadas o colaboraciones con otras marcas.

La sostenibilidad también ocupa un lugar central en la innovación cervecera y, para ello, se han desarrollado calderas más eficientes que reducen el consumo energético durante el macerado y la cocción. Algunos sistemas de enfriamiento reutilizan el calor residual para otras fases del proceso, y cada vez son más comunes las plantas que integran sistemas de tratamiento de aguas residuales para su reutilización parcial. El uso de inteligencia artificial en la gestión de recursos ha permitido identificar oportunidades para reducir el uso de materias primas sin sacrificar calidad.

¿Cuáles son las mayores cerveceras españolas?

En España, el mercado cervecero está dominado por varios grupos que han logrado consolidarse tanto por su volumen de producción como por la proyección nacional e internacional de sus marcas. La mayor cervecera del país es Grupo Mahou San Miguel, una empresa con fábrica en Guadalajara que lidera el sector desde hace décadas. Este grupo produce marcas tan emblemáticas como Mahou, San Miguel y Alhambra, y también distribuye otras cervezas internacionales. Además, ha expandido su presencia fuera de España, especialmente en mercados latinoamericanos y asiáticos.

Otro gran actor es Grupo Damm, con sede en Barcelona. Su cerveza más conocida es Estrella Damm, aunque también produce otras como Voll-Damm, Inedit o Free Damm. Damm ha apostado por una imagen moderna y mediterránea que le ha dado gran visibilidad tanto en España como en el extranjero, especialmente en el ámbito gastronómico.

Hijos de Rivera, con sede en A Coruña, es la empresa responsable de Estrella Galicia, una marca que ha experimentado un fuerte crecimiento en popularidad durante la última década. La compañía ha logrado posicionarse como una alternativa de calidad frente a las grandes cerveceras, apostando por una identidad propia y una fuerte presencia en la hostelería. Además, ha expandido sus operaciones internacionales, especialmente en América y Europa.

Estas grandes cerveceras conviven con un creciente número de microcervecerías artesanas que, aunque no compiten en volumen, están transformando el panorama cervecero español al diversificar la oferta y fomentar el interés por estilos y procesos más innovadores.

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