La tecnología es la estrella en las ventas. Y parece razonable.

TECNOLOGIA

La venta de tecnología a lo largo del planeta no hace más que crecer y, si bien algunas marcas venden menos durante un año, se debe a que otras les han arrebatado a sus clientes. Existen altibajos. La crisis ha afectado a las ventas, por supuesto, pero a largo plazo la gráfica que ilustra la compra de productos de carácter tecnológico en nuestro país va en aumento.

El mercado de la telefonía ha sido uno de los grandes triunfadores de la última década, pues los hábitos de consumo de los españoles han priorizado este elemento ya no solo como producto sino como una herramienta de compra. Incluso existen aplicaciones que permiten la realización de pagos instantáneos a través de códigos QR. Con el teléfono móvil se puede llegar increíblemente lejos: Google Maps ha desbancado a los mapas tradicionales; el usuario puede también saber en qué Zara de su ciudad quedan tallas del pantalón que tanto ansía sin tener que perder el tiempo del desplazamiento hasta cerciorarse de que la 38 en color negro está disponible.

Por otro lado, España es el cuarto país europeo en venta a particulares a través de comercio electrónico. Muchas portales web se dedican en exclusiva al e-commerce; de hecho, un gran número de ellas ni siquiera vende ya en tienda o ha surgido saltándose ese paso previo antes visto como obligatorio.

Teniendo en cuenta cuál es la tendencia a la hora de comprar, parece lógico que las herramientas con las que se compra sigan el mismo camino. Las tablets, sin ir más lejos, llevan años siendo uno de los regalos estrella de las Navidades y comprar una tablet online en una tienda como todopad.es, que parece rizar el rizo, es tan común como comprar una tablet en la tienda de informática del barrio de toda la vida. Además, las tablets incluso han llegado ya a los más pequeños. La empresa multinacional Ingo Devices centra los mayores de sus esfuerzos en desarrollar y, sin duda alguna, después vender productos electrónicos entre los que las tablets son las reinas. Son los juguetes del momento, tablets para niños con aplicaciones y posibilidades adaptadas especialmente para que los más pequeños se diviertan conforme a los tiempos que les ha tocado vivir. ¿Peonzas? Sí, también. Pero la estrella es la tablet.

Este auge por lo táctil y lo móvil que viene produciéndose desde hace años ha desencadenado un excelente panorama de competencia –en ocasiones, realmente veroz- entre los principales fabricantes y comprar una tablet barata o un teléfono móvil asequible suena razonable y perfectamente posible.

La duración de esta situación quizá tiene los días contados, de hecho, ya llevamos unos meses sintiéndonos algo estafados por las compañías telefónicas que ya no nos regalan un teléfono a cambio de tenernos atados 24 meses. Ahora, por si fuera poco, te cobran el teléfono de forma prorrateada según vas recibiendo la factura mes a mes. Hay quien dice que es justo, que antes amenazábamos con cambiar de operadora solo para conseguir un dispositivo nuevo, pero a mí me parece un robo; bastante caro es el servicio ya sin tener que pagar también por la herramienta que te lo permite.

Quejas aparte, vivimos un gran momento para la tecnología y, si lo sabemos aprovechar, puede ser un gran momento para las personas. Si la tecnología no te absorbe, esta puede facilitar el día a día de los usuarios muy notablemente. Con estos argumentos, la tecnología se vende sola y la madre que no quería Whatsapp acaba sucumbiendo a los encantos que supone ver fotos de sus hijos en el mismo momento que ellos las capturan.

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