Las redes sociales, la mejor fuente para amueblar tu casa

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Tener una cuenta en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram puede facilitarnos la vida de una manera nada desdeñable. Un montón de empresas suministran buena parte de sus ofertas a través de dichas vías de comunicación por lo que, de necesitar alguno de sus bienes o servicios, sólo un clic nos separará de conseguirlos.

Lo expuesto anteriormente es válido para todo tipo de empresas. Los emprendedores se han dado cuenta de que, en pleno 2017, para comunicar hay que estar presentes en la red. Y eso no es sólo poseer una página web en la que se incluya un catálogo de productos. Muy al contrario. Hay que manejarse en las diferentes redes sociales si lo que se quiere es que la estrategia de comunicación llegue a las masas.

En mi caso, tener una cuenta de Twitter me sirvió para estar al tanto de las mejores ofertas en materia de mobiliario. Mi novia y yo nos íbamos a casar apenas seis meses después y ya estábamos preparando la que a partir de la boda iba a ser nuestra nueva vivienda. No obstante, todavía no teníamos elegidos los muebles para varias de las estancias. Queríamos encontrar muebles que le dieran un toque moderno a la casa y cuyo precio no excediera el limitado presupuesto con el que contábamos. Y con dicha red social estábamos buscando la empresa que nos los suministrara.

Después de algunos días de búsqueda, comenzamos a deprimirnos bastante. Nos gustaban algunos de los muebles que veíamos, pero su precio no encajaba en nuestras posibilidades. De no encontrar algo que nos convenciera y que tuviera unos requisitos económicos asequibles, la fecha de la boda se acercaría de manera inexorable y la casa seguiría sin terminar de amueblarse. El agobio, de confirmarse esa situación, comenzaría a ser importante.

Pero tuvimos suerte. Una tarde, mientras continuaba con mi labor de ver ofertas a través de Twitter, un amigo “retwitteó” el mensaje de la cuenta de una empresa llamada Dismobel. Al parecer, se trataba de una entidad que ofrecía una gran variedad de muebles y a un precio que podía resultar adecuado para nuestros intereses. Decidimos visitar su página web y, efectivamente, encontramos productos que, sin perder ni un ápice de calidad o modernidad, entraban dentro de nuestras posibilidades.

Estábamos interesados en muebles para el dormitorio y para mi despacho. Después de visitar buena parte de los 3.000 metros cuadrados de exposición que Dismobel tenía montados, dimos con camas, cabeceros, cómodas, escritorios y estanterías que nos convencían. Sabíamos que estábamos ante nuestra gran oportunidad y por ello decidimos lanzarnos y comprar ese mobiliario que tanto nos hacía falta para terminar de conformar nuestra futura vivienda.

Deseando estrenar el nuevo hogar

A los pocos días de efectuar la compra, los profesionales de Dismobel acudieron hasta la casa para montar todos los muebles con los que nos habíamos hecho. La disposición que nos quedaba en el lugar era espectacular. Habíamos conseguido conferirle a la vivienda ese aspecto moderno que demandábamos, y estábamos seguros de que con ese mobiliario nuestra vida sería muy cómoda y placentera.

Falta muy poco para que llegue el momento de nuestra boda y mis nervios están a flor de piel. Con todo lo referente a la casa ya arreglado, durante las últimas semanas nos hemos centrado en organizar la ceremonia y el banquete, cuestiones que requieren de un tiempo de preparación que no es baladí.

Para conocer la mejor manera de preparar un día tan especial como el de mi boda también recurro a las redes sociales. Y gracias a ellas también he encontrado un modo muy original para llevarlo a cabo. Mi novia y yo creemos que vamos a sorprender a nuestros invitados y que la imagen que se van a llevar de nuestro enlace va a ser exquisita.

Si eso es así, desde luego, será gracias a la información que hemos sido capaces de obtener a través de la red. Hoy en día los gabinetes de comunicación de las empresas se encargan de bombardearnos a través de diferentes plataformas, como las que habilitan las redes sociales. Saber manejarlas es fundamental para la sociedad que plantea el siglo XXI.

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