Si quieres vender un inmueble, puedes preguntarte: ¿es mejor recurrir a una inmobiliaria o gestionar el proceso por cuenta propia? La respuesta depende de muchos factores. Vender una vivienda no se limita a encontrar un comprador, ya que este proceso implica realizar múltiples gestiones que requieren tiempo, conocimientos legales y habilidades de negociación. Por ello, muchas personas apuestan por las agencias inmobiliarias para delegar estos trámites.
Si tienes tiempo, conocimientos y te puedes hacer cargo de todo, es posible que valores la opción de vender por tu cuenta, pero vas a necesitar tiempo, ya que tienes que realizar las visitas y fijar un precio adecuado. En cambio, si quieres resultados más rápidos y prefieres dejar la gestión en manos de expertos, debes contar con una inmobiliaria, ya que tienen experiencia y cuentan con la red de contactos. Vender un inmueble no es solo encontrar comprador, sino saber negociar y tener todos los papeles en regla.
Debes saber que muchos propietarios han recurrido a las inmobiliarias porque estos expertos se ocupan de todo y conocen los requisitos legales. Además, si no sabes cuál es el mejor precio para vender tu vivienda, debes contar con el asesoramiento del agente inmobiliario, ya que él se encarga de analizar el estado de la vivienda y la zona. Estos aspectos son fundamentales para fijar un precio adecuado, ya que no es aconsejable vender tu propiedad a un precio muy alto, pero tampoco muy bajo. Además, el agente puede ayudarte a vender más rápido porque se encarga de todas las visitas y cuenta con una cartera de clientes. Desde Idealista explican que «otra ventaja destacable es que actúan como mediadores, algo de especial relevancia en aquellos inmuebles que provienen de divorcios».
El agente inmobiliario sabe negociar con diferentes perfiles porque tiene habilidades en comunicación. La venta sin intermediarios puede resultar atractiva por el ahorro en comisiones, pero presenta desafíos significativos, ya que necesitas tiempo para ocuparte de todo el proceso. Además, los anuncios particulares suelen tener menos alcance que los gestionados por los agentes inmobiliarios. Es importante saber las ventajas que puedes conseguir si recurres a una agencia inmobiliaria, por lo que en este artículo te explicamos cuál es su forma de trabajar.
Las funciones de la agencia inmobiliaria
Los expertos en gestión integral de alquiler y en asesorar los aspectos legales para comprar una vivienda de Nordicway Real Estate han elaborado una lista con todas las funciones que realiza la agencia inmobiliaria.
Acompaña durante todo el proceso
Una inmobiliaria se encarga de acompañarte durante todo el proceso de venta, ya que abarca la valoración del inmueble, la gestión de visitas y el cierre de la operación. El agente inmobiliario toma medidas del inmueble y valora el estado, para recomendarte el precio. Esa primera valoración es importante, porque poner un precio erróneo, puede costarte meses de espera o vender por debajo de lo que realmente vale. Las agencias inmobiliarias pueden fijar el precio de venta de una vivienda porque conocen las estrategias eficaces y los precios de viviendas similares. La agencia inmobiliaria organiza y negocia por ti, ya que también se encarga de las visitas y llamadas.
Prepara la documentación
Las inmobiliarias garantizan seguridad jurídica al encargarse de la documentación y los contratos. El agente inmobiliario se encarga de toda la documentación como la nota simple, el certificado energético, la escritura, el IBI, la cédula, los planos, etc. Una inmobiliaria se suele encargar de esto sin que tengas que gestionarlo directamente y garantiza que toda la documentación esté en regla. Es fundamental que el agente inmobiliario se encargue de la documentación porque los contratos, impuestos y otros trámites pueden ser complicados sin experiencia previa.
Anunciar la vivienda
También se encarga de la promoción, ya que publican las fotografías de la vivienda en los portales idóneos. Para que la vivienda tenga una buena presentación, puede aconsejarte el home staging, que es una estrategia de marketing que acelera el proceso de venta. Si el agente utiliza esta estrategia, puede conseguir que el inmueble se venda en el menor tiempo posible, porque destaca los puntos fuertes de los espacios. Esto se puede conseguir con una buena iluminación y una decoración con tonalidades neutras y minimalista.
El propietario no puede dejar ningún objeto personal y es importante que la casa esté ordenada y las estancias organizadas. El agente puede conseguir una casa acogedora si apuesta por una decoración adecuada y arregla pequeños desperfectos, como azulejos rotos o puertas de armario descolgadas. Este experto realiza un reportaje de fotografía con una buena iluminación para publicar las imágenes en los mejores portales. Si tu casa tiene una decoración anticuada o muchos desperfectos, puedes recurrir a esta estrategia de marketing inmobiliario para minimizar los puntos débiles de la casa.
 
				 
															 
								 
								 
								 
								 
								 
								